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Si no se toman las precauciones adecuadas, las lesiones en la piscina pueden llevar al traste todo el verano.

Ya están abiertas las piscinas, ya sean privadas o públicas son un lugar estupendo donde darse un chapuzón refrescante. En este post os daremos unos consejos para disfrutar al máximo estos días de sofocante calor sin, por supuesto, tener que preocuparse por la posibilidad de sufrir accidentes y lesiones en la piscina. 

El borde de la piscina.

Es importante tener cuidado con esta zona de la piscina ya que los juegos alrededor de ésta pueden provocar resbalones y hasta torceduras de tobillo a causa del agua desbordada.

Sumergirse con cuidado.

Los niños y los adolescentes suelen ser los que más sufren heridas y lesiones por saltos imprudentes. Las consecuencias pueden ser nefastas, desde una fractura más o menos leve hasta una lesión medular o ahogamiento si se pierde la consciencia. Conocer la profundidad del vaso de la piscina suele ser primordial si se quiere saltar.

Tumbados al sol.

Lo normal es tumbarse al sol pero lo que poca gente conoce es que es importante cambiar de postura e, incluso, hacer algo de ejercicio como estiramientos de los músculos o paseos con el fin de desentumecer el cuerpo. Los protectores solares deben estar presentes siempre y limitar la exposición al sol entre las 12 y las 18 horas.

Calzado.

Un calzado adecuado es importante, sobre todo, si se anda por suelo mojado como es el de la piscina. Unas sandalias incómodas pueden ocasionar lesiones musculares en el pie, la rodilla y la espalda.

En caso de presenciar una caída o un accidentado salto hay que avisar inmediatamente a los servicios de emergencia y sólo socorrer a la persona herida si se tienen los conocimientos necesarios. La manipulación, en estos casos,  puede pasar por la inmovilización del cuello así como evitar movimientos de la columna.