Fiebre, toses, mocos,… Estamos en otoño, época de virus que se ceban, sobre todo, en los más pequeños de la casa.
Aunque los síntomas más dolorosos suelen durar como mucho 4 días; hay otros, como los mocos que sueles ser más persistentes y que, en los niños, si no saben sonarse suelen provocarles hasta pérdida de apetito.
Pero llegados a este punto, ¿qué podemos hacer los padres cuando la medicina no termina de solucionar este problema? Podemos recurrir a métodos invasivos como la Fisioterapia Respiratoria; un conjunto de técnicas que, en algunos casos, es aplicada por los padres a modo de prevención y, en otros donde ya está instaurada la enfermedad (gripe, catarro…) por expertos médicos fisioterapeutas.
Los menores de 2 ó 3 años tienen mucha dificultad para expectorar y acumulan mucosidad en nariz, garganta y pulmones. La Fisioterapia Respiratoria les ayuda a evacuar todas las secreciones dejando libres los pulmones, provocando un mejor intercambio de oxígeno y eliminando la congestión nasal. Todo esto se traduce en que el bebé pueda respirar y comer mejor, estar más tranquilo y, por supuesto, descansar relajadamente durante toda la noche.
Las técnicas empleadas en esta disciplina acelera la velocidad del aire cuando sale de los pulmones arrastrando consigo la mucosidad. Su utilización es efectiva en enfermedades comunes como la gripe, la bronquiolitis o los resfriados, entre otras.
Los bebés suelen reaccionar de forma muy diversa ante la puesta en acción de esta rama de la Fisioterapia ya que no hay que olvidar que pueden llorar o reír sin que esto sea un síntoma de dolor, sólo miedo ante lo desconocido.
La Fisioterapia Respiratoria es una gran ayuda para resolver situaciones propias de las enfermedades víricas de otoño e invierno. Confía en Clínica Fuentes y en su gran equipo de médicos para solucionar los problemas de salud de toda la familia.
