Estudios de Conducción Nerviosa y Electromiografía

Estudio de Conducción Nerviosa, EMG

En Clínica Fuentes, llevamos a cabo estudios de Conducción Nerviosa, EMG. Son estudios que se utilizan para conocer el funcionamiento adecuado o no del sistema nervioso periférico (nervio y músculo). Aunque popularmente se consideren sinónimos, realmente no lo son: La Electroneurografía ó ENG define globalmente los estudios de conducción nerviosa, obtenidos mediante la aplicación de un estímulo, generalmente eléctrico a través de la piel, sobre un nervio y la detección de la respuesta evocada en otra parte del mismo (conducción sensitiva) o sobre un músculo inervado por dicho nervio (conducción motora). Para ello se emplean habitualmente electrodos de superficie que se fijan a la piel (método no invasivo) y la sensación para el paciente es de “paso de corriente”.

Las intensidades de corriente habitualmente aplicadas son muy pequeñas (menores de 15 mA en los estudios de conducción sensitiva y menores de 35 mA en los estudios de conducción motora) y no causan molestias posteriores. La electromiografía o EMG es el estudio de la actividad neuromuscular mediante la inserción de un electrodo de aguja desechable muy fino (método invasivo, produce molestias del pinchazo y al mover la aguja) y habitualmente no es necesario el uso de un estímulo eléctrico, sino que sólo se le pide al paciente que contraiga de forma voluntaria el músculo a explorar.


Estudian los nervios periféricos y el músculo, y por lo tanto sirven para el diagnóstico de enfermedades que cursan con hormigueo, pérdida de fuerza, debilidad o pérdida de masa muscular, o bien por dolor irradiado, localizándose habitualmente en miembros superiores e inferiores. También permite detectar alteraciones en los nervios antes de que aparezcan las manifestaciones clínicas, en las neuropatías hereditarias por ejemplo o en caso de diabetes. Permiten diferenciar desde el punto de vista médico si el origen de la lesión se localiza en el nervio o en el músculo, el lugar concreto de lesión si es una afectación focal, su grado de afectación, su curso temporal (aguda, subaguda, crónica), el control evolutivo para estudiar si se está recuperando (signos de reinervación) o se ha estabilizado con vistas a planificar posibles cirugías o fase de estabilización lesional (secuelas).

También sirve como prueba pericial en caso que sea preciso objetivar las posibles lesiones de origen nervioso periférico secundarias a accidentes (tráfico, laboral, etc). Las patologías más frecuentemente estudiadas son las neuropatías focales (síndrome del túnel carpiano), radículopatías cervicales y lumbosacras (“ciática”), así como la repercusión de enfermedades sistémicas (diabetes entre otras).

No requieren una preparación especial, ni estar en ayunas. Se aconseja evitar una actividad física extenuante los tres días previos a la prueba, vestir ropa cómoda teniendo en cuenta que la zona del cuerpo a explorar deberá quedar desnuda, evitando el uso de cremas ni lociones en la misma (pueden alterar los estudios de conducción), y lavando previamente dicha zona el día de la exploración por cuestiones higiénicas. Es aconsejable comunicarle al médico si se toma alguna medicación, en especial anticoagulantes.

El paciente permanece sentado o tumbado cómodamente, dependiendo de la zona a estudiar, lo más relajado posible y en actitud colaboradora. Deberá retirar la ropa del área a explorar, colocándole el médico una serie de electrodos sobre la piel en una fase inicial, para posteriormente si fuera necesario (no siempre es así), complementarlo con la inserción de un electrodo de aguja muy fino que se introduce en el músculo o grupos musculares objetos del estudio. Estos electrodos van conectados por una serie de cables con un ordenador el cual dispone de un amplificador de la señal recogida, un osciloscopio que la convierte en señal gráfica visible en la pantalla del ordenador, un sistema informático que analiza la misma y un altavoz que la transforma en señal sonora.

Todos estos estímulos, aunque pueden ser molestos, no son peligrosos ni producen daño posterior. Una vez finalizada la prueba, se retiran los electrodos. Si sólo se han realizado estudios de conducción no tendrá molestias posteriores. Si fue necesario el estudio con aguja se pueden notar las molestias típicas de un pinchazo los días siguientes y, a veces, un pequeño hematoma que se resuelve de forma espontánea.

Son pruebas muy poco invasivas y no suelen suponer ningún riesgo para el paciente. Se han descrito algunas complicaciones poco frecuentes como irritación de la piel al colocar los electrodos en personas especialmente sensibles. También pueden aparecer hematomas en la zona de la exploración con aguja en personas que estén tomando medicación que altere la coagulación de la sangre. Son extremadamente raras las infecciones, ya que se usan agujas esterilizadas de un solo uso y la prueba se realiza en condiciones de asepsia.


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