Las cervicales son una de las primeras zonas del cuerpo en acusar la tensión.
Las cervicales pueden acusar las malas posturas y el estrés y, cuando duelen, todo el cuerpo se puede resentir.
Sigue leyendo porque te vamos a dar unos consejos muy prácticos con los que podrás evitarlo.
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Manos en el cuello.
Coloca tus manos en el cuello, sobre la zona en la que nacen los hombros. Presiona sobre esos músculos con las yemas de los dedos. Deja de apretar cuando notes la zona aliviada.
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Oxigénalas.
De forma muy suave presiona el músculo del cuello que está detrás de la oreja derecha. Después debes mover los dedos como si dibujases un círculo; de esta forma, aumentarás el flujo sanguíneo. No olvides girar lentamente la cabeza hacia la izquierda. Repite hasta que sientas alivio sin olvidar hacerlo con el lado contrario.
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Relaja la zona.
Dibuja con tus dedos media circunferencia en la zona que comienzan los hombros –cerca del pecho – y sin tensarlos. Desde esta postura lleva los codos hacia delante para más tarde subirlos hacia tu cabeza y volver a la posición inicial.