Las lesiones de espalda, rodillas y tobillos son las más comunes.
Los costaleros son los grandes damnificados en este tiempo de recogimiento y es que son grandes los esfuerzos que durante estos días tienen que realizar para portar los pasos. Por ello, por todo lo que conlleva, hemos preparado una serie de consejos para hacer más llevadera su entrega que, no nos equivoquemos, comienza con la preparación para trasladar los diferentes tronos.
Es muy importante que se realice un entrenamiento físico en el que se trabajen tres grandes líneas: la fuerza, la resistencia y la coordinación. Del mismo modo, es necesario realizar un reconocimiento previo y una visita al fisioterapeuta antes y después de participar, es decir, en los ensayos y después de las procesiones.
El sedentarismo, el estrés, la falta de entrenamiento y un estado de salud inadecuado al esfuerzo a desarrollar son factores de riesgo que influyen en muy alto grado en las lesiones, sobre todo, de espalda, rodillas y tobillos. Por ello, y para disminuir los posibles efectos adversos os vamos a detallar a continuación una serie de consejos que, los costaleros, pueden realizar antes, durante y al finalizar la procesión.
Lo principal es la prevención para no tener lesiones, a partir de aquí, hay que ser consciente de los esfuerzos que podemos realizar evitando, del mismo modo, cansancios excesivos. A partir de aquí, unos buenos estiramientos antes y también después de la procesión, el uso de fajas o vendajes sobre las partes más susceptibles a la hora de sufrir lesiones suelen ser grandes aliados a la hora de evitar las lesiones.
Durante el transcurso de la marcha es importante que los costaleros, para aliviar los dolores que pueden provocar la carga excesiva, mantengan la cabeza erguida y la mirada al frente para evitar lesiones en el cuello; así es importante que contraigan la musculatura abdominal y lumbar y mantengan una postura correcta que se consigue con el tronco erguido y la espalda recta. Para evitar lesiones en las extremidades superiores e inferiores, deben pisar con toda la planta del pie, no flexionando las articulaciones del codo y la muñeca y, por último, beber líquidos de forma continuada.
Una vez haya finalizado el paso, se recomienda parar lentamente, moviendo el cuerpo con lentitud para enfriarlo, estirar y tratar lo antes posible las molestias para que éstas no vayan a más.
Una vez finalizada la procesión y conscientes del esfuerzo que realizan los costaleros, ponemos a vuestra entera disposición nuestros servicios para una pronta y adecuada recuperación tras un esfuerzo importante. Y qué mejor manera de hacerlo que con el beneficio que puede procuraros nuestros bonos y descuentos; adelante, estamos para ayudaros.